lunes, 30 de septiembre de 2013

Objetivos del Movimiento Orgánico.


Objetivos del Movimiento Orgánico.
Joaquín Benito Vallejo

            El objetivo general del MO es potenciar los factores básicos necesarios para que el movimiento se desenvuelva de forma óptima, rigiéndose por leyes naturales. Es un proceso consistente en armonizar y equilibrar el movimiento que alcanza al cuerpo y a la mente. Este objetivo exige una serie de pasos previos y paralelos sin los cuales no puede lograrse.

Conlleva principalmente: (1) aprender a utilizar y modular la tensión muscular, la energía  con la que se realiza el movimiento; lo cual no puede realizarse sin (2) aprender a sentir los grados de tensión, el recorrido del movimiento y las acciones musculares y articulares. Es este un proceso consistente en despertar y educar la sensibilidad corporal, la percepción y la consciencia; Este aspecto se asienta a su vez en (3) la capacidad de concentración, atención, observación y discriminación mental; Armonizar el movimiento  significa también (4) ordenarlo y estructurarlo en el espacio y en el tiempo. Esta estructuración es la base de la organización mental, sobre la que se asienta todo el conocimiento, tanto del propio cuerpo como de la realidad exterior. A través del movimiento, -esquema corporal-, descubrimos y conocemos el propio cuerpo, aprendemos su control y su dominio, sus posibilidades de acción y transformación del entorno, lo cual enriquece la noción del yo, -imagen corporal-, la idea que tenemos de nosotros mismos, nuestra autoestima personal y la comunicación con los demás.

El MO parte de la vivencia profunda del propio cuerpo, del propio ser, desde la cual se irá elaborando la transformación corporal -física-, incorporando los movimientos y posturas correctas, fuente de salud y bienestar y también la transformación del propio ser respecto a la relación consigo mismo y la relación con los demás.
Así pues, la armonización natural del movimiento propuesta por nuestra metodología  engloba una serie de objetivos que conducen a un crecimiento y transformación personal. Es un proceso que ha de llevar a cabo la propia persona, afinándose y sensibilizándose a sí misma. El MO no conduce a los alumnos a imitar al maestro, no utiliza esquemas de movimiento prefijados y repetitivos, sino pautas y sugerencias para desarrollar la propia investigación, la sensibilidad y la creatividad. En este sentido, las leyes naturales del movimiento son como las notas musicales con las que se pueden componer infinidad de melodías de movimiento siempre distintas.

La creatividad es el mayor estímulo para la mente.

Nuestro método combina la tranquilidad más íntima y concentrada con el movimiento más expansivo y rítmico, la fortaleza con la sensibilidad y la delicadeza tónica, la introspección personal con la comunicación interpersonal.



domingo, 9 de junio de 2013

Consciencia corporal - Consciencia de si mismo – consciencia del otro – consciencia del espacio

Consciencia corporal - Consciencia de si mismo – consciencia del otro – consciencia del espacio
Joaquín Benito Vallejo




Palabras clave
Apoyos – forma  - volumen – tensión – colocación – temperatura – respiración – latido – espacio envolvente próximo anterior posterior objetos – espacio de los otros – del otro – cuerpo del otro – tono – respiración –

La consciencia del espacio es necesaria para la consciencia del otro / otros, porque en el espacio también se encuentra el otro, los otros.

La consciencia corporal se lleva acabo mediante el movimiento y el tacto fundamentalmente.  El movimiento es la función más activadora de esa consciencia al transmitir el máximo de informaciones sobre la actividad corporal, muscular, articular, tendinosa, segmentaria, etc. 
Y también sobre el estado de ánimo y emocional, porque estos se reflejan en el cuerpo.

El cuerpo y el movimiento son la materia y la acción donde se inscriben las emociones. Sentirse pesado, tenso, rayado, liviano, despistado, etc. 
Son los reflejos de las emociones. Y por otra parte, a través del movimiento tomamos consciencia del espacio, del espacio en que nos movemos, del espacio que compartimos, -la kinesfera-.

Con el movimiento se ejerce un continuo juego de tensiones musculares, a través de las cuales puede despertarse la consciencia no solo de la tensión, sino del volumen, de la temperatura, del espacio interno del cuerpo, etc.

La consciencia debe estar en el conjunto de nuestro cuerpo y en cada una de sus partes ejerciendo su función. Durante el movimiento las partes activadas son todas, pero de manera diferente. Aunque siempre de manera interrelacionada. (Y todo lo que hacemos en la vida diaria es movimiento.)

Ser conscientes en cada momento, del cuerpo en relación con el movimiento, es estar presentes en nuestro cuerpo, estar presentes en nuestro yo, en nuestro serEn el aquí y en el ahora. 

No estar en nuestro ser en cada instante, significa estar perdido, distraído, disperso. Es propio de las situaciones de estrés. O de enajenamiento, y de alguna forma de alienación. El estar presente corporal y conscientemente, nos equilibra, nos tranquiliza, nos hace más disponibles hacia uno mismo, hacia los otros, y la acción.

Estar disponible es estar atento y receptivo hacia lo que uno mismo y los demás necesitan y desean. Estar disponible significa, darse. Darse a sí mismo y darse a los demás.

Estar presente, ser consciente, es sentir al cuerpo de modo global y unitario, a la vez que en cada una de sus partes en su función, -decíamos antes-.

Ser consciente a nivel global es sentir y percibir el cuerpo entero desde los pies a la cabeza, en su posición, en su acción o movimiento, en su ocupación del espacio, en su relación con los demás.

Su posición, en principio, parte de la verticalidad, estemos erguidos de pie o sentados o caminando. Si estuviéramos acostados la posición base sería la horizontalidad.

La primera observación podría ser si nos encontramos en la posición vertical, y  cómo y de qué manera. 
¿Todo el cuerpo mantiene esa alineación? ¿Todas las partes? Una observación posterior y consecuente sería ¿Qué sensación, emoción, sentimiento… me suscita esa posición? En principio, esta observación es muy difícil, no estamos acostumbrados a ejercerla.

En un segundo momento o fase podemos empezar a observar cada parte del cuerpo en esa posición.
La consciencia corporal durante las clases o ejercicios de movimiento es una. 
Pero yo quiero referirme aquí a otra, a la consciencia fuera de esas situaciones oportunas. Quiero referirme a la consciencia en la vida cotidiana, cuando no estamos participando exactamente en esas clases de movimiento. 
La consciencia cotidiana puede ser una consecuencia de las clases o no. 
Puede haber consciencia en las clases pero quedarse ahí sin ser llevada  a la vida cotidiana.  Y puede darse en la vida cotidiana sin haberlo aprendido en clases especiales, sino que se ha aprendido en la misma vida.

Ser consciente corporal en la vida cotidiana significa sentir como  caminas, te sientas, estás,  y además, ser  consciente  del entono que te rodea y de las personas que hay en él.

Ser consciente del propio cuerpo, del propio ser, implica ser consciente del cuerpo de los otros y del espacio que ocupamos. Lógicamente, la consciencia del propio cuerpo nunca puede ser igual  que la consciencia que tengo del cuerpo del otro, del otro ser, de la otra persona corporal.  No, porque los canales perceptivos utilizados son distintos en cada caso. En la percepción del propio cuerpo son fundamentales los canales interoceptivos y propioceptivos, mientras que en la consciencia del otro así como del espacio, se activan los canales exteroceptivos.

En la consciencia corporal propia tanto estando estático, -erguido, sentado, echado también pero quizá menos, como desplazándose, es significativo sentir los apoyos con el suelo, el volumen global del cuerpo, la ubicación de cada parte dentro del conjunto corporal, la tensión muscular global y la tensión de cada zona en particular, la  respiración. 

Al desplazarse, al caminar, la consciencia ha de estar además, en la forma en que se mueven las distintas partes del cuerpo dentro de la unidad corporal, y hay que dar más importancia al espacio por el que nos desplazamos y que ocupamos, y de cómo ese espacio está ocupado además por objetos, aparatos y otras personas. Sobre todo en las ciudades donde pueden existir aglomeraciones grandes, en algunas calles comerciales y en los medios de transporte entre los que destaca el metro. 

En las calles la consciencia del espacio permite que no nos golpeemos con el mobiliario callejero y sobre todo que no golpeemos o nos metamos en el espacio personal de otras personas, lo que supone una invasión de su kinesfera, de su espacio personal inherente a su propia persona. Se trata de compartir un espacio común, de ambos o de todos, sin perjudicar a los demás. Esto nos exige también percibir el ritmo de los desplazamientos, acomodarnos a ellos, a veces ir más rápido y otras más lento, a veces acelerar y otras, frenar.

Cuando además nos desplazamos portando con nosotros otros objetos, que es lo habitual, bolsos, mochilas, carros de compra, maletas, paraguas, u otros objetos más difíciles aún, como por ejemplo, un objeto largo y alargado como un palo, barra,  o similar, la consciencia ha de estar además en el tamaño y espacio que ocupan esos objetos, así como la forma de llevarlos, para evitar y prevenir que con ellos no golpeemos o hagamos daño a otras personas.

Puede parecer una tontería, o una mínima y básica regla de educación, pero en general se tiene poca consciencia de esto por lo que molestamos a las otras personas que ocupan accidentalmente el mismo espacio que nosotros. Es fácil verlo a diario. Personas que nos atropellan o que atropellamos. Personas que nos empujan o que empujamos. Sobre todo en el metro es muy habitual ver gente con mochilas que se la está metiendo literalmente por las narices a otras personas. Si hay una cierta dificultad en percibir el espacio a nuestro alrededor, la zona más difícil es la espalda. Aquí, la poca consciencia que podamos tener desaparece por completo. Por ello, como apuntaba antes, hay que ser conscientes también de cómo hay que portar los objetos para tener más percepción de ellos, y para colocarlos donde menos podamos molestar a los otros. 

También la forma de llevarlos, debe ser la que menos molestia nos cause a nosotros, pero los demás deben ser más importantes que nosotros en esto.
Desarrollar este tipo de consciencia no significa solamente tener una mínima regla de “urbanidad” o de educación con los otros, significa mucho más, significa que el ego, esté en concordancia con los otros.
Estos aspectos los desarrollamos en las clases para aplicarlos posteriormente a la vida cotidiana.



Cuando se trata de cuidar o acompañar,  a enfermos, ancianos o niños, o trabajar terapéuticamente con otra persona, así como con ejercicios en clase entre parejas, tratamos de desarrollar estos aspectos: consciencia corporal propia, consciencia del movimiento, consciencia del espacio, consciencia del otro/s, consciencia del espacio compartido, consciencia del ritmo de uno y otro. Así como la adaptación al otro, la compartimentación con el otro, sin dejar de ser uno mismo, sin perder la propia identidad.

domingo, 17 de marzo de 2013

TEORÍA DE SISTEMAS. El ser humano es un sistema.


TEORÍA DE SISTEMAS. El ser humano es un sistema.
 Circuito relacional. Partes – interrelaciones – organización – todo.
Joaquin Benito Vallejo

              El ser humano en si mismo puede considerarse un sistema. Como todo sistema, está formado a la vez de múltiples sistemas. -En síntesis, el ser humano estaría formado de: un sistema fisico -el cuerpo-, un sistema psíquico -la mente-, otro sistema social -la sociedad en su conjunto-.
              Por una parte sistemas internos a él, dentro de su cuerpo: como son los diferentes órganos con sus funciones, y por otra parte sistemas externos a él, como son la sociedad, la cultura, la historia, la familia, y el ecosistema ecológico. Subsistemas unos, con menor campo de actuación y macrosistemas otros, más amplios y conteniendo a su vez a otros subsistemas de menor alcance.
               Por un lado sistemas físicos, -unos internos y otros externos-, por otro, sistemas psíquicos y sociales, -también unos internos y otros externos-.
              (Dicho esto hay que clarificar, que si contemplamos estos sistemas por separado, como partes aisladas, el ser humano se desintegra, deja de existir como ser humano.
              Una de las reglas del pensamiento sistémico: Los sistemas vivos –el ser humano-, son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus partes. Las propiedades esenciales son propiedades del conjunto –del ser humano- que no están en ninguna de las partes por si solas.)
             
              No podemos ver al ser humano únicamente como un cuerpo físico, ni como  una entidad psíquica, ni tampoco como una entidad social. Si separamos las partes, la totalidad se desintegra. Todas las partes interrelacionadas hacen al sujeto hombre. Las partes aisladas, desgajadas, no son nada.
Si contemplamos al cuerpo físico, distinguiremos en él muchos sistemas internos: respiratorio, cardiaco, digestivo, metabólico, nervioso, cerebral, motor…, etc. Todos ellos funcionan interrelacionadamente para que la unidad corporal física interna se mantenga estable. –homeostasis-. Y con ella también la unidad psíquica.
Es importante ver que ni el ser humano ni ningún ser vivo pueden vivir sin el medio ambiente que le rodea. Dependen de él para vivir. Es más, se ha formado en él. El ser vivo es permeable, toma del exterior y transfiere al exterior. Coge lo que necesita y expulsa lo que no quiere, lo que no necesita. No solo el aparato digestivo, toma y expulsa, a través de la boca y el ano. La piel es permeable y cumple diversas funciones con su permeabilidad. El sistema sensorial –vista, oido, gusto, olfato, tacto- captan diversas informaciones del medio exterior, esenciales para poder moverse en el.  Ni el ojo ni la mano ni el corazón ni el estómago funcionan solos y por separado.

              Podíamos definir al ser humano como un sistema antropo-bio-fisico-psico-social-cultural-histórico-ecológico-cósmico.
              En síntesis, el ser humano es un cuerpo material – físico, que contiene un psiquismo –inmaterial-. Pero este cuerpo-ser humano, tiene una dependencia pasada –bio-antropológica-ecológica-cósmica- y otra dependencia futura –socio-cultural-histórica-ecológica-. Sin esa historia pasada ni esa historia futura, el ser humano no puede ser ni existir.
                Se establecen redes de relaciones – círculos – conexiones - telas de araña – madejas – tejidos… hacia atrás y hacia adelante. Sin ese enredamiento, el ser humano deja de ser, ser y humano.
              En síntesis, el ser humano es una entidad física-psíquica-social.
              Más sintético aún, el ser humano es un sistema en sí mismo aunque formado por otra multitud de subsistemas, en relación interdependiente con un sistema externo, también formado de multitud de subsistemas.

              Los aspectos físico-químicos son los elementos materiales soporte y continente de los aspectos inmateriales psíquicos y estos a su vez lo son de los aspectos sociales. En cada uno de estos campos hay nuevas emergencias respecto de los anteriores.

              La unidad del cuerpo humano, -aunque no es meramente físico, está conformado por una multitud de sistemas físicos-,  producto de avatares y tanteos bioantropológicos,  resultado del largo y venturoso caminar de la vida desde la ameba hasta los primates.


(En mis libros: “Cuerpo en armonía” – Capítulo 1 Importancia del movimiento / En la evolución de las especies: la función que generó la estructura corporal humana. / En el desarrollo del ser humano: la función que convierte en real lo potencial. Unidad bio-psico-social.- pags 23 a 40 y “Cuerpo, mente, comunicación” – Capítulo 1 Unidad física, psíquica y social.- pags 19 a 31, abordo este tema, aunque sin hablar específicamente de pensamiento sistémico.



Teoría de sistemas.
(El presente tema ha sido recopilado fundamentalmente de los textos de Edgar Morin, sobre todo de: El Método 1 –La naturaleza de la naturaleza- Ed. Cátedra. Madrid 2006,
por Joaquín Benito Vallejo)

En el anterior escrito, enunciábamos una serie de puntos sintetizando la concepción del pensamientosistémico.
Anotamos ahora solo los 4 primeros para detenernos en ellos y  ampliarlos.

·       Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus partes.
·       Las propiedades esenciales son propiedades del conjunto que no están en ninguna de las partes por si solas.
·       Estas propiedades emergen de las relaciones organizadoras entre las partes.
·       Las propiedades quedan destruidas cuando el sistema se disecciona en elementos aislados.

              El campo de la teoría de sistemas es casi universal, porque toda realidad conocida desde el átomo, las moléculas, las células, las plantas, los animales, la vida, el ser humano, la familia, el pueblo, el ecosistema, la tierra, el sistema solar, las galaxias, el universo, pueden ser  concebidas como sistemas, lo que significa que existe dentro y entre ellos, relación combinatoria de elementos diferentes.
              Tratemos de aplicar todo lo que sigue a continuación, al sistema ser humano, guiándonos un poco por lo expuesto anteriormente con el título de “el ser humano es un sistema”.

              La noción de sistema supone que la totalidad conforma una unidad compleja, que no solo se reduce a la suma simple y numérica de las partes. Sino que se sitúa en un nivel transdisciplinario que permite concebir a la vez la unidad y las diferencias, la unidad y la diversidad.
              Se establece con ello una complejidad dinámica, en la que los elementos se relacionan unos con otros de muchas formas  distintas. Cuantas más conexiones tengamos, mayor será  nuestra influencia exponencial.
                      
              El sistema es abierto. Una piedra, es un sistema cerrado, ya que permanece en estado de equilibrio siendo sus intercambios con el exterior nulos.
La llama de una vela, el remolino y sobre todo los sistemas vivientes tanto a nivel de estructura, como de existencia dependen de una alimentación exterior material – energética y en los sistemas vivientes además, organizacional – informacional.

Esto sobrepasa la idea de equilibrio. Se puede ver un desequilibrio en el flujo energético que los alimenta. Sin embargo, es ese desequilibrio lo que permite al sistema mantenerse en un aparente equilibrio. El estado estable es paradójico, ya que las estructuras se mantienen estables mientras  que sus componentes cambian. Nuestras moléculas y células se renuevan mientras que el conjunto del organismo permanece estable. Por un lado el sistema debe cerrarse al mundo exterior para mantenerse estable y protegido pero por otro es esa apertura, de la que se nutre, la que mantiene su interior. Y ello supone una relación indisoluble entre el mantenimiento de la estructura interna y el cambio de los constituyentes.
              Las leyes de organización de lo viviente no son de equilibrio sino de desequilibrio compensado, de dinamismo estabilizado.

              Para entender y comprender al sistema, no solo tenemos que referirnos al sistema mismo sino a su relación con el sistema ambiental externo.  Esta relación no ha de significar una mera dependencia, sino que es necesario concebirlo de otra manera: la relación del sistema interno con el externo es realmente lo que constituye el sistema. La realidad sistémica se sitúa tanto en el vínculo entre uno y otro sistema, como en la distinción entre ellos. Ese vínculo es esencial. El sistema no puede ser comprendido más que incluyendo en si al ambiente, es íntimo y extraño a la vez, es parte de sí mismo al mismo tiempo que exterior.
              Es imposible ver el sistema abierto como una entidad aislada. Esto abre  la puerta a una teoría de la evolución que proviene de la interacción entre sistema y ecosistema y que se desborda en un metasistema.

Lo que define al sistema es el circuito relacional.

Ni la descripción ni la explicación de un sistema pueden efectuarse a nivel de las partes aisladas, -reduccionismo-, ni tampoco puede efectuarse al nivel del todo sin tener en cuenta las partes. –holismo-. Lo que define al sistema es la articulación, la organización, la unidad compleja.
Como superación y reacción contra el reduccionismo, se ha caído en el punto contrario: el holismo. La primera centrada en las partes sin tener en cuenta al todo, la segunda, viendo el todo global sin mencionar las partes.
No debe haber aniquilación del todo por las partes, ni de las partes por el todo.
Es decir, no se puede concebir el cuerpo humano en su totalidad, sin tener en cuenta los distintos órganos que conforman el cuerpo con sus funciones e interacciones entre ellos.

Es necesario aclarar las relaciones entre las partes y el todo, donde cada término remite al otro.
Todos los órganos del cuerpo funcionan interrelacionadamente de cara a la totalidad corporal. No existe el cuerpo humano en su totalidad sin la actuación combinada y diversa de la respiración, la circulación, la digestión, etc., etc. Pero el cuerpo humano –y mucho menos el ser humano-, no pueden ser concebido solamente como unos pulmones un corazón, etc.

No se puede conocer el todo sin conocer cada una de  las partes, ni conocer las partes sin conocer el todo.
La descripción de las partes depende de la del todo, y este depende a la vez de la de sus partes. Es en el circuito partes – todo – partes,  donde se forma la explicación.
Ninguno de los términos es reductible al otro. Si las partes deben concebirse en función del todo, también deben ser concebidas como partes aisladas.
Además hay que conocer también las cualidades de las partes que yacen inhibidas y escondidas siendo invisibles en el seno del sistema no solo para conocer mejor las partes sino para conocer los constreñimientos e inhibiciones que operan en la organización del todo.

El circuito partes – todo,  no puede  escamotear la idea de organización. Debe enunciarse así: partes – interrelaciones – organización – todo.
Los elementos deben ser definidos, en y por sus partes originales y en y con las interrelaciones de las que participa, y en y con la perspectiva de la organización de la que están dispuestos y en y con la perspectiva del todo en el que se integran.
Inversamente, la organización debe definirse con relación a los elementos, a las interrelaciones, al todo, y así sin interrupción. El circuito que se establece es polirrelacional. La organización juega un papel nucleante.

El ser humano es más que el cuerpo físico, tiene otra entidad psíquica dependiente del cuerpo, especialmente cuerpo-sentidos-cerebro, y externamente de lo social, las relaciones con las personas, sin las cuales el psiquismo no puede florecer.

La organización es el concepto crucial,  que une la idea de interrelación con la idea de sistema.
La organización une, transforma, produce, mantiene. Une y transforma los elementos en un sistema y produce y mantiene al sistema mismo.
Liga los elementos entre si, combinándolos de diversas formas, formando la totalidad.
Es el principio ordenador que asegura la permanencia. Esta organización activa es a la vez formación y transformación. El ser humano se forma y transforma en relación con el cuerpo físico y con las personas y el medio ambiente que le rodea.

Todo sistema es también una organización contra la desorganización. El sistema vivo trabaja sin cesar para su permanencia y mantenimiento, pero el trabajo produce degradación y desorganización, por lo que una parte de su organización está destinada a reparar los desordenes. Transforma el desorden en orden, la desorganización en organización. El desorden no es eliminado sino transformado.

La organización es una noción más rica y compleja que la de estructura. Debe ser definida dentro del macroconcepto trinitario Sistema - Organización –Interrelacion.
Debe ser pensada de forma articuladora, multirramificada, comporta de manera nuclear las ideas de reciprocidad, de acción, retroacción, que embucla al sistema sobre sí mismo, en un todo que vuelve sobre sus partes, sus productos finales se embuchan sobre los elementos iniciales, de modo que la organización es al mismo tiempo organización de la organización. Es una noción circular.

La noción de sistemas ha puesto de relieve la idea de que la apertura es necesaria para el mantenimiento.
En cierta forma el circuito es cerrado, porque el sistema tiene una cierta autonomía, pero también es necesario estar abierto, porque su autonomía es relativa. Es necesario concebir al sistema en su relación con el entorno, con el tiempo. Concebirlo en una constelación conceptual.
El todo retroactúa en cuanto todo, sobre sus partes.

Todo sistema comporta zonas ocultas, oscuras, escondidas, reprimidas, donde bullen las virtualidades ahogadas.

La dualidad entre lo sumergido y lo emergente, lo reprimido y lo expresado es fuente de escisiones y disociaciones en los grandes polisistemas vivos y sociales, entre el universo de las partes y el universo del todo, incluso entre las múltiples esferas internas y la esfera del todo.

Aunque haya interrelación e interdependencia, también hay no-comunicación entre lo que ocurre a nivel global del comportamiento de un animal y lo que pasa en cada una de sus células.

Ninguna de los 30 billones de células de un ser humano, sabe lo que pasa cuando ese ser humano está haciendo el amor. Y ese ser humano ignora lo que está ocurriendo a nivel celular. Un gran imperio es un ser social que ignora las necesidades, los sufrimientos, los amores, el hambre, lo que sienten y piensan los millones de individuos que lo constituyen y para estos individuos, sus malestares parecen ser el producto de una fatalidad lejana.

Hay que situar la información y los datos en su contexto para que adquieran sentido. Pero lo global es mucho más que el contexto. Es el conjunto que contiene partes diversas ligadas de manera interretroactiva  u organizacional. Una sociedad, por ejemplo, es más que un contexto, es un todo organizado del cual formamos parte.

Tanto en el ser humano como en los demás seres vivos, hay presencia del todo en el interior de las partes. Cada célula contiene la totalidad del patrimonio genético de un organismo policelular.  Cada célula singular, cada individuo singular contiene de manera holográmica, el todo del que forma parte y que forma al mismo tiempo, parte de él.

Las unidades complejas como el ser humano  o la sociedad son multidimensionales. El ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo, racional. La sociedad comporta dimensiones históricas, culturales, económicas, sociológicas, religiosas… El conocimiento pertinente debe reconocer esta multidimensionalidad, e insertar en ella sus datos. No podemos aislar una parte del todo ni las partes unas de otras.

El conocimiento debe afrontar la complejidad. Complexus significa lo que está tejido en común, en conjunto, hecho de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados. El tejido de eventos, acciones, interacciones, determinaciones, retracciones, azares.  Por lo tanto, hay complejidad cuando son inseparables los distintos elementos que conforman el todo. Y existe un tejido interdependiente, interactivo, e interretroactivo, entre el objeto de conocimiento y su contexto, las partes y el todo, el todo y las partes, o las partes entre si. La complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad. La complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado,  de lo inextricable, del desorden, de la ambigüedad, de la incertidumbre.
No se puede afirmar rotundamente que tal aspecto del ser humano es genético o social, sino que nos queda la incertidumbre de que hay algo genético y algo social, sin poderse definir con exactitud.

La partícula no es un ladrillo primario, sino una frontera sobre una complejidad tal vez inconcebible. El cosmos no es una máquina perfecta sino un proceso en vías de desintegración y al mismo tiempo de integración. La vida no es una sustancia sino un fenómeno de auto-eco-organización extraordinariamente complejo que produce la autonomía. 
La totalidad es incierta, inconcreta, de muy difícil accesibilidad, por ello produce incertidumbre y  duda.  Porque difícilmente se la puede aislar y porque no se puede separar un sistema de entre todos los sistemas a los que pertenece a su vez, a los que está entrelazado. Y porque un sistema,  a la vez es totalidad y es parte de otra totalidad mayor.

Resulta mucho más incierto para los sistemas muy complejos como es el ser humano, perteneciente fundamentalmente a tres sistemas: especie – individuo – sociedad. ¿Cómo puede concretarse o describirse esta totalidad?

La respuesta siempre será ambigua, múltiple, incierta. Por un lado, se puede ver la sociedad como un todo y al individuo como parte de ella. Por otro lado podemos concebir la especie como el todo,  mientras que al individuo y a la sociedad como partes de ella. Y también, se puede ver al individuo como núcleo central del sistema, y a la sociedad como su ecosistema o también como la placenta, que le mantiene. Y esta idea, se afianza más si vemos que la emergencia de la conciencia se produce a escala del individuo y no en la totalidad social.

Lo cierto es que no se puede decidir ningún absoluto. Es necesario concluir que estos términos se remiten el uno al otro dentro de un circuito que es el verdadero sistema.
Este sistema forma una totalidad  múltiple, una politotalidad, cuyos tres términos son a la vez concurrentes y antagonistas.

De aquí se desprende que en ciertos momentos, bajo ciertos ángulos, la parte puede ser más rica que la totalidad.

No hemos de privilegiar la totalidad de la totalidad. ¿Qué es el cosmos sino una totalidad en dispersión cuyas riquezas están diseminadas en pequeñas partes? Parece que “pequeñas partes del universo” tienen un  poder reflexivo mayor que el conjunto. Incluso, el poder reflexivo no puede llevarse a cabo más que en pequeñas partes. El punto de vista único de la totalidad,  es parcial y mutilante. La totalidad resulta más bella y rica cuando deja de ser totalitaria. Cuando deja de encerrarse en sí misma, cuando se vuelve compleja. Resplandece más en el policentrismo de las partes relativamente autónomas, que en el globalismo del todo.

viernes, 8 de febrero de 2013

El pensamiento sistémico



PENSAMIENTO  SISTÉMICO

(Síntesis extraida de Fritjof Capra y  Edgar Morin)

Joaquín Benito Vallejo

La teoría de sistemas comenzó progresivamente a minar el conocimiento reduccionista hacia la mitad del siglo XX.

Fue formulada por Ludwig von Bertalanffy, a partir del hecho de que la mayoría de objetos de la física, la biología, la astronomía, la sociología, átomos, moléculas, organismos, sociedades, astros, galaxias, etc., formaban sistemas. (Es decir, conjuntos de partes diversas que forman un todo organizado)

La organización en sistema produce unas cualidades distintas a las de las partes aisladas. Estas cualidades se denominan emergencias. De este modo, las cualidades del ser vivo son desconocidas a la escala de sus constituyentes aislados, emergen dentro y por esta nueva organización y retroactúan en las partes constitutivas de dicha organización. (Morin)

Durante los últimos años, el cambio del paradigma mecanicista al sistémico se ha producido en distintas formas, distintas velocidades y en los diversos campos  científicos. (Capra)

La tensión básica se dio entre las partes y el todo. El énfasis sobre las partes se denomina mecanicista, reduccionista o atomista. El énfasis sobre la totalidad recibe los nombres de holista, organicista, ecológico o sistémico. (Para Capra holismo es sinónimo de Sistémico, para Morin no. Ya volveré sobre esto)

Las principales características del pensamiento sistémico surgieron a principios del  siglo XX. Encabezado por biólogos que ponían de relieve la visión de los organismos vivos  como totalidades integradas. Posteriormente se vio enriquecido por la psicología  Gestalt, la ecología  y la física cuántica.

La tensión entre holismo y mecanicismo es consecuencia de la dicotomía entre substancia y forma. (substancia = materia - estructura – cantidad / forma = patrón – orden – cualidad)

La idea central del mecanicismo es considerar el mundo y los organismos como máquinas. La biología queda reducida a la física y la química[Descartes, Galileo, Copérnico,  Bacon, Newton, La Mettrie]

La primera oposición al racionalismo cartesiano partió del romanticismo en la literatura la filosofía y el arte. William Blaque apasionado crítico de Newton, decía: líbrenos dios de la visión simplista de Newton. Goethe, figura central del romanticismo, admiraba el orden en movimiento de la naturaleza, y consideraba la forma como un patrón de relaciones en un todo organizado. Cada criatura es una graduación pautada de un gran armonioso todo. Kant: La ciencia solo ofrece explicaciones  mecanicistas.  Los organismos son autorreproductores y autoorganizadores. Las partes existen solo las unas para las otras.

En el siglo XIX Claude Bernard insistió en la íntima relación entre un organismo y  su entorno externo, señalando también que en cada organismo hay un medio interno regulador de órganos y tejidos, que se mantiene constante. Esta es la base de la homeostasis que más tarde desarrolló Canon.

La biología organicista –siglo XX- se adelanta al concepto básico del pensamiento sistémico: El comportamiento de un organismo como un todo integrado no puede ser comprendido desde el estudio de sus partes. El concepto de organización es visto como  la configuración y las relaciones ordenadas que se establecen dentro del organismo. Una de las características claves de esta organización es la naturaleza jerárquica de la misma, entendiendo por jerarquía la tendencia a construir estructuras multinivel de sistemas dentro de sistemas. Diferentes niveles de complejidad.

El pensamiento sistémico es un nuevo modo de pensar surgido de los anteriores, en términos de conectividad, relaciones y contexto.

Las propiedades esenciales de un organismo o sistema son propiedades del todo que ninguna de las partes posee. Estas propiedades emergen de las interacciones y relaciones de las partes. Las partes no están aisladas y la naturaleza del conjunto es siempre distinta a la suma de las partes.

Es contextual no analítico. Análisis significa aislar para estudiar y entender, mientras que el pensamiento sistémico encuadra el estudio dentro de un todo superior, de un contexto mayor.

La teoría de la física cuántica [Heisenberg] forzó a aceptar el hecho de que los objetos materiales de la física clásica se al nivel subatómico en pautas de probabilidades en forma de ondas. Las partículas subatómicas carecen de significado como entes aislados, solo pueden ser entendidas como interconexiones o correlaciones. No son cosas, sino interconexiones entre cosas, y a su vez, interconexiones entre otras cosas y así sucesivamente. No se puede descomponer el mundo en unidades elementales. La naturaleza no nos muestra componentes aislados sino que se nos aparece como una compleja trama de relaciones entre un todo unificado.

La psicología Gestalt.  La palabra alemana para designar la forma orgánica es Gestalt. Ehrenfelds, Werteimer, Köhler…  veían la existencia de totalidades  irreductibles como el aspecto clave de la percepción. Los organismos vivos perciben en términos de patrones integrados, conjuntos organizados dotados de significado. Enfatiza la integración de las experiencias personales en conjuntos significativos.

Ecologia. Estudio de las relaciones de todos los miembros del hogar tierra. Comunidades biológicas. Concepción de las comunidades de plantas como superorganismos.  Ecosistema como comunidades de animales y plantas. Biosfera como la capa de vida que rodea a al a tierra. La teoría Gaia desarrollada por  Lovelock & Margulis.

Debemos visualizar la trama de la vida como sistemas vivos –redes- interactuando en forma de red con otros sistemas. Redes dentro de redes.

Teoría de sistemas.

·        Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus partes.
·        Las propiedades esenciales son propiedades del conjunto que no están en ninguna de las partes por si solas.
·        Emergen de las relaciones organizadoras entre las partes.
·        Las propiedades quedan destruidas cuando el sistema se disecciona en elementos aislados.
·        Habilidad para focalizar la atención alternativamente entre distintos niveles de sistemas.
·        Aplicación de los mismos conceptos a distintos niveles de sistemas. Por ejemplo, el concepto de stres en un organismo, una ciudad, o una economía.
·        A distintos niveles sistémicos caben distintos niveles de complejidad.
·        En cada nivel los fenómenos observados poseen propiedades que no se dan a niveles inferiores.
·        Las propiedades sistémicas de un nivel, surgidas del nivel inferior, se llaman propiedades emergentes.
·        La ciencia sistémica demuestra que los sistemas vivos no pueden ser comprendidos desde el análisis. Las propiedades de las partes no son propiedades intrínsecas y solo pueden entenderse desde el contexto del todo mayor.
·        El pensamiento sistémico es un pensamiento contextual. La explicación en términos de  contexto significa explicación a niveles de entorno. Luego es un pensamiento medioambiental.
·        No hay partes en absoluto –física cuántica-, las partes son solo un patrón dentro de una red de relaciones.
·        Las relaciones son prioritarias.
·        La metáfora del conocimiento como construcción queda reemplazada por la de red. La realidad es una red de relaciones / red interconectada de conceptos y modelos.
·        Ninguna propiedad es fundamental, todas se derivan de las propiedades de las demás partes y la consistencia total de sus interrelaciones determina la estructura de toda la red.
·        Los fenómenos descritos por la física no son más importantes que los descritos por la biología o la psicología. Pertenecen a distintos niveles sistémicos pero ninguno es más fundamental que los otros.
·        La epistemología –la comprensión del proceso de conocimiento- debe ser incluida en la descripción de los fenómenos naturales.
·        Todos los conceptos y teorías son limitados y aproximados. La ciencia nunca puede facilitar una comprensión completa.
·        Cada estructura es vista como la manifestación de procesos subyacentes. El pensamiento sistémico es siempre procesal.



Continuaré exponiendo más ampliamente las premisas del pensamiento sistémico,  así como sus aplicaciones al cuerpo, el movimiento y la expresión corporal, dentro de nuestra metodología de trabajo.



BIBLIOGRAFÍA

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10.    Morin E. - El método – Tomo 1: La naturaleza de la naturaleza – Tomo 2: La vida   de la vida – Tomo 3: - El conocimiento del conocimiento – Tomo 4: Las ideas – Tomo 5: La humanidad de la humanidad – Tomo 6: La ética. Cátedra 1983 - 2009
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